El 4 de mayo de 2017, el ejército israelí extendió la valla que instaló en 2012 en la entrada principal de los barrios Gheith y a-Salaimeh en Hebrón. La valla estaba equipada con una sola puerta, que el ejército dijo que los soldados abrirían todos los días desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche, permitiendo el paso de los residentes locales. Durante el último año, sin embargo, los militares a menudo se han negado a abrir la puerta incluso durante estas horas. El cierre de estos barrios ha tenido un efecto particularmente dañino en los escolares, ya que se ven obligados a tomar una ruta alternativa, que implica cruzar un puesto de control militar. También extiende la distancia en 500 metros y pasa por un callejón oscuro que algunos estudiantes temen tomar.
El viernes 11 de mayo de 2018, los militares cerraron la puerta y no la reabrieron. El domingo 13 de mayo, los estudiantes que regresaban de la escuela encontraron la puerta cerrada. Las madres de estos niños salieron de sus casas, se reunieron al otro lado de la puerta y suplicaron a los oficiales de la Policía Fronteriza estacionados allí para abrirla. Los oficiales se negaron, acusaron a las madres de "agitación" y amenazaron con arrestarlas. Los oficiales también dijeron que la puerta había sido cerrada como "castigo" por lanzar piedras. Algunos de los niños treparon la valla. Los oficiales alejaron a los otros niños del área. La puerta se volvió a abrir el miércoles 16 de mayo de 2018 a las 5:00 p.m.
El cierre de los dos barrios constituye un castigo colectivo, que está prohibido por el derecho internacional. Es otro ejemplo más del abuso arbitrario de Israel contra la población civil en Hebrón en particular y en los Territorios Ocupados en general, y de su política de segregación en la ciudad.
Filmado por Muhammad al-Rajab y B'Tselem por el voluntario Nisreen Fakhuri.
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