Palestina pide a la ONU y la comunidad internacional que vayan más allá de las declaraciones de condena y tomen medidas prácticas para detener crímenes israelíes.
Durante la reunión del jueves con miembros de las misiones diplomáticas acreditadas ante el Estado de Palestina, el canciller palestino, Riad al-Maliki, señaló la situación en los territorios palestinos ocupados, la agenda sangrienta y la retórica incitante del nuevo gabinete israelí, así como la continua agresión de las fuerzas israelíes y milicias de colonos armados contra el pueblo palestino, recoge la agencia de noticias estatal, WAFA.
El ministro afirmó que el régimen israelí se está aprovechando del doble rasero de la comunidad internacional para implementar sus agendas coloniales que socavan cualquier oportunidad de lograr la paz y poner fin a su ocupación y colonización de la tierra del Estado de Palestina.
Agregó que el pueblo palestino está pagando un alto precio como resultado de esta dualidad, y pidió a la comunidad internacional que cumpla con sus responsabilidades y presione al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que detenga sus medidas unilaterales ilegales.
Al-Maliki también pidió a las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad de este ente y los Estados que tomen iniciativas prácticas y disuasorias para rechazar y confrontar las políticas ilegales y el plan racista del régimen israelí, así como sus violaciones sistemáticas del derecho internacional, incluidas las resoluciones de dicho Consejo de Seguridad.
Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abás, instó el jueves, durante una reunión con el asesor de seguridad nacional de EE.UU., Jake Sullivan, en la sede presidencial en Ramalá, a la Administración estadounidense a intervenir inmediatamente para detener las medidas extremistas y la agenda racista del gabinete israelí de extrema derecha antes de que sea demasiado tarde, según WAFA.
El 29 de diciembre, el gabinete de Netanyahu, el más extremista de la historia del régimen israelí, prestó juramento en el parlamento y procedió a cumplir sus funciones en medio de planes y decisiones controvertidos.
El gabinete de Netanyahu ha intensificado la represión del pueblo palestino, asesinatos diarios, y las incursiones en ciudades y pueblos palestinos y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa y los lugares sagrados cristianos e islámicos en Al-Quds (Jerusalén).
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Además, busca expandir los asentamientos en toda Cisjordania, lo que derivará en más represión de los palestinos y los ciudadanos árabes dentro de los territorios ocupados.
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